Sto. Tomás de Aquino fue para Chesterton el filósofo del sentido común y del materialismo cristiano

Portada de una edición de Sto. Tomás de Aquino de Chesterton en español

Portada de una edición de ‘Santo Tomás de Aquino’ de Chesterton, en español

Comenzamos en el Chestertonblog –en el Club Chesterton de Granada- la lectura y análisis de la biografía que GK escribió en 1933, sobre Sto. Tomás de Aquino, cuyo origen ya hemos narrado en una entrada del blog, además de haber publicado el prólogo de José Escandell para una de sus ediciones (Homo Legens, 2009), en el que se proporciona una adecuada justificación para acercarnos a él: porque en Chesterton encontramos “un pensamiento fresco y limpio que desmonta radicalmente las caricaturas a las que nos van acostumbrando los voceros culturales de hoy. Rescata para nuestra mirada tantas cosas buenas del mundo” (p.15).
Desde el principio, hemos establecido que el Chestertonblog tiene como finalidad ‘utilizar’ a GK como herramienta para comprender mejor nuestro propio mundo, y con ese objetivo en mente, nos acercamos a su libro. En realidad, ésa fue también su intención, pues compara la Edad Media con el tiempo actual: corrientes de pensamiento, revoluciones, desigualdades… como ya sabemos que le gusta hacer. El contexto de la obra es el mismo que el nuestro, porque todavía sigue siendo preciso recuperar el sentido común, es decir, utilizar –como Sto. Tomás- ‘la razón de manera razonable’.
El que así habla es Dale Ahlquist, en su ensayo sobre este libro (‘GK Chesterton, el apóstol del sentido común‘, Voz de papel, 2006, p.129), en una excelente síntesis que nos recuerda que vivimos una época de cierto desequilibrio en el pensamiento, ya sea por defecto –sentimentalismo- o por exceso –racionalismo-, lo que nos ha conducido –ayudados por los requerimientos y modos de vida típicos de la modernidad- a olvidar ese sentido común: algo debe pasar cuando tantos mensaje del tipo ‘sé feliz’ y similares circulan por las redes sociales con tanta insistencia: no sólo hemos perdido el rumbo, si no la manera de encontrarlo.
Si eres seguidor del Chestertonblog habrás visto cómo GK da continuamente en el clavo con sus diagnósticos. El libro que comentamos hoy se ha escrito para recuperar tanto el sentido común como la filosofía; de hecho, el último texto que hemos publicado de GK se llama precisamente ‘El restablecimiento de la filosofía’. Como Ahlquist resume muy bien el argumento de Chesterton a favor de la filosofía de Santo Tomás, voy a recoger sus palabras:

“Lo que falta a las demás filosofías es el sentido común. Desde el siglo XVI ningún sistema filosófico se corresponde con el sentido de la realidad que la gente tiene. Cada uno de ellos nos insta a que creamos en algo que ningún hombre normal creería: Que la ley está por encima de la verdad, que la verdad está fuera de la razón, que las cosas son únicamente como las pensamos o que todo es relativo a una realidad que no existe. Los filósofos modernos, como si fuesen hombres de confianza, afirman que una vez que les otorgamos esto, el resto será fácil, que si llegados a un punto sacrificamos nuestra cordura, todo lo demás tendrá sentido. Pero simplemente, lo fundamental es que ninguna de las filosofías modernas tiene sentido para el hombre de la calle. Resulta sorprendente que la filosofía más cercana al pensamiento del hombre corriente sea la filosofía de Sto. Tomás. Está firmemente enraizada en la realidad, respeta por completo la dignidad humana y es, en todos los sentidos de la palabra, razonable” (pp134-5).

Chesterton comienza su obra comparando a Sto. Tomás con S. Francisco, para recordarnos que los dos combatieron errores de su tiempo, particularmente el espiritualismo, representado por los albigenses, que rechazaban la materia como creación del diablo. Hoy vivimos tiempos contradictorios, mitad profundamente hedonistas, mitad puritanos –llenos de prohibiciones y autocontención-. Como muestra Chesterton, cada uno lo hizo a su manera, pero lógicamente ahora nos centramos en Sto. Tomás:

Por ejemplo, fue una idea muy especial de Santo Tomás que el hombre ha de ser estudiado en su entera humanidad: que un hombre no es hombre sin su cuerpo, como no es hombre sin su alma. […] La escuela anterior de Agustín y hasta de Anselmo había descuidado esto un poco, tratando el alma como el único tesoro necesario, envuelto durante un tiempo en un envoltorio despreciable. Incluso aquí eran menos ortodoxos, por ser más espirituales. […] Santo Tomás defendió reciamente que el cuerpo de un hombre es su cuerpo como su espíritu es su espíritu, y que el hombre sólo puede ser un equilibrio y unión de los dos.
Ahora bien, ésta es, en algunos aspectos, una idea naturalista, muy cercana al moderno respeto hacia las cosas materiales: una alabanza del cuerpo como la podría haber cantado Walt Whitman o justificado D.H. Lawrence: algo que podría llamarse humanismo o incluso ser reivindicado por el modernismo. De hecho puede ser materialismo, pero es lo enteramente opuesto al modernismo. Está ligado, para la visión moderna, con el más monstruoso, el más material, y por lo tanto el más milagroso de los milagros. Está especialmente unido al más escandaloso de los dogmas, aquel que menos puede aceptar el modernista: la resurrección de los cuerpos
(01-21).

Si deseas leer nuestra versión anotada del primer capítulo de libro, puedes hacerlo aquí.

10 Respuestas a “Sto. Tomás de Aquino fue para Chesterton el filósofo del sentido común y del materialismo cristiano

  1. Álvar Camero

    Muy interesante, creo que compraré el libro, ya que hay tesoros escondidos en él.
    Un abrazo!

    • Me alegro que te haya parecido interesante. Puedes echarle un vistazo al capítulo 1, al final de esta entrada, con el formato que hemos dado a Esbozo de sensatez y otros.

  2. Nunca había caído en la visión espiritualista de la Edad Media, vinculada a San Agustín, y mucho menos se me hubiera ocurrido pensar que era menos ortodoxo que Sto Tomás precisamente por eso. GK demuestra una aguda comprensión de la civilización, siendo capaz de establecer etapas cuando la mayoría de la gente sólo vemos una gran época, más o menos homogénea: Chesterton demuestra que no lo fue.
    Me parece urgente reclamar un materialismo cristiano, entre los extremos puritanos o hedonistas. Enhorabuena por la entrada.

  3. Antonio Lebeo

    Hola, ya envié el prologo a su correo, espero lo hayan recibido, saludos.
    a:
    chestersoc@gmail.com

  4. La influencia de Santo Tomas en la filosofia actual es un hecho clave a partir de la fenomenologia sobre todo realista, basta pensar que la obra de Edith Stein, tiene dos pilares Husserl y Santo Tomas. El personalismo y casi todos sus representantes tienen como principal fuente al Aquinate. Tambien la filosofia analitica anglosajona fue tocada de este espiritu: basta pensar en MacIntyre que se convierte al catolicismo con solo leer los escritos del santo.

    • Qué aportaciones tan interesantes, al establecer los vínculos entre Sto. Tomás y las corrientes actuales. McIntyre es uno de mis autores favoritos y sabía de la influencia en él de Santo Tomás, pero no tenía tan clara la relación entre éste y los demás que citas: Edith Stein y sobre todo, los personalistas, que siempre los he visto como procediendo de otra corriente filosófica.

  5. Quería felicitarte por tu blog y decirte que te he nominado para los premios del enlace.http://deslizia.wordpress.com/2014/05/09/muchas-gracias/
    Un saludo

  6. Juan Carlos en horabuena!!! Tu trabajo y tu compromiso son realmente impresionantes. Te mereces más de un premio.

    • Muchas gracias, Sorin: el que se merece de verdad muchas más atención es Chesterton: los primeros capítulos del ‘Sto. Tomás’ -ya disponibles- son verdaderamente impresionantes.

  7. Pingback: Chesterton retrata a dos ‘revolucionarios’: Santo Tomás de Aquino y San Francisco de Asís. | Chestertonblog

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