Cuando se lee a Borges a través de su ceguera, sufre una especia de shock, pues reconoce estar ante lo maravilloso, pero a la vez puede sufrir el desencanto propio del que lee un cuento carente de final y que perdura, para siempre, en la incertidumbre. Así leemos en sus cuentos, sean de El Hacedor, de La historia universal de la infamia, de El Aleph, etc. Allí nada se precipitaba, del todo, a los abismos de Poe, Kafka o, incluso, H. James; ni, tan siquiera, se asomaba a la sima de la pesadilla.
En voz de Borges, Chesterton no podía alinearse del todo con los antes mencionados autores, a pesar de su tendencia a la pesadilla. Entiendo el razonamiento borgiano, pero no lo comparto, en cuanto que éste no profundizó en la repetida “pesadilla”. Sobre todo, no encuentro reflexión alguna del autor argentino acerca de cómo se resuelve esa pesadilla.
En Chesterton, la búsqueda de la Bondad sin apellidos, sin intereses. Conduce al asombro. Es el asombro de lo cotidiano maravilloso que nos aproxima en ocasiones a la descripción de un bello paisaje pleno de solaz y sosiego y, en otras nos arrima auna calle vericueto, donde se ha cometido un horrendo e incalificable asesinato. Un crimen vecino de la pesadilla.
La novedad chestertoniana – Cuentos del Padre Brown, Manalive, El hombre que fue jueves…- consiste en articular una resurrección que eleve a lo humano, y lo saque de la pesadilla. Nuestro autor, alejado ya del agnosticismo y de la teosofía juveniles, voltea en ágil pirueta su espíritu hacia el lado de la conversión, que le da ocasión a pasear por los frondosos campos de la gratitud, de la fantasía que no conduce ni a la locura, ni a la muerte, sino a la alegría que Dios quiere compartir con el hombre.
Chesterton proyecta la salvación de la pesadilla desde su amor a los cuentos de hadas, que es el reino gozoso donde la razón y la admiración por la creación se hermanan. Chesterton salva la pesadilla, en fin, sublimando el misterio, que le ayuda a iluminar la realidad, a alumbrar las realidades que, siempre, para los buscadores de la Verdad y de la Bondad son noticia, novedad y navidad.
Pickwick/Reyes