Archivo mensual: septiembre 2013

La frase del día en Zenit

«Las circunstancias pueden romper los huesos de un hombre; pero nunca fue demostrado que estas deban romper el optimismo de un hombre»

Gilbert Keith Chesterton (1874 – 1936)

Publicado en Zenit el pasado 27.09.13

 

Un nuevo capítulo de El hombre eterno

La página del blog llamada El hombre eterno sigue creciendo. Como estaba previsto, seguimos añadiendo capítulos glosados y estructurados, para facilitar su lectura, en formato de prueba, pero accesible al que lo desee.

El capítulo se llama Las cinco muertes del cristianismo, y es un interesante ejercicio de filosofía de la historia. La idea principal es que, dada la capacidad del cristianismo de insertarse en la sociedad y pertenecer a una época determinada de la sociedad, lo suyo es que hubiera muerto, con el resto de elementos de su época: así pudo pasar en la época romana y tras la Edad Media. Y no sólo eso, si no que a veces ha habido quien ha intentado matar al cristianismo, dada la fuerza que presentaba. E incluso peor aún: parecía que el cristianismo moría por sí mismo, por la debilidad de sus miembros. Sin embargo, lo que ha sucedido es algo tan inesperado como la resurrección de Jesucristo: ha vuelto a renacer, siempre mostrando nuevas facetas.

Muchas veces hemos oído decir que el cristianismo es algo viejo, casi medieval, de la época de las catedrales, que ya está a punto de desaparecer, como un río que llega al estuario y se funde con el mar, tras hacer su aportación a la historia de la humanidad. Pero el cristianismo no despareció con la llegada de la modernidad. Nietzsche predicó la muerte de Dios. Pero «fue una sorpresa y un rompecabezas, porque a la mayoría de la gente le pareció como un río retornando desde el mar e intentando subir nuevamente hacia las montañas».

¿Vivimos hoy una época parecida, de muerte del cristianismo? Además de sus metáforas brillantes, GK ofrece argumentos y ejemplos. en este capítulo se encuentran las palabras que un blog amigo, Siguiendo a Chesterton, tiene como subtítulo: «Una cosa muerta puede ser arrastrada por la corriente, pero sólo algo vivo puede ir contra ella». GK hace también de profeta en este capítulo, como tendremos ocasión de ver. Pero el mérito de GK este capítulo no está en anticipar determinados acontecimientos, sino en mostrar la forma concreta en que a lo largo de los siglos han ido tomado las  palabras de Jesús:  ‘Los cielos y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán’.

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Las citas de Chesterton

Muchas veces pienso que GK es demasiado conocido por sus citas cortas: tanto, que eclipsa al resto de sus escritos, al menos parcialmente, y puede parecer que es un autor de frases afortunadas. Afortunadamente, nuestros tiempos de redes tienen espacio para lo breve –twitter- y para lo amplio. Y aunque en este blog nos dedicamos a lo amplio, de vez en cuando hay que hacer un hueco –chiquito, no hace falta más- para lo breve.

Y es que uno no puede quedarse sin más leyendo cuando se encuentra joyas como ésta: tiene que levantarse, venir al blog y ponerse manos al teclado. Ahí va la perla, encontrada en el estudio que GK dedica a Charles Dickens:

El verdadero gran hombre es el que hace que todo humano se sienta grande.

Me gusta porque es lo contrario a lo que está de moda, o quizá algo más que de moda, porque ya lo estaba en tiempos de GK: ‘si quieres ser grande, sé tú mismo; vive con libertad, vive al límite; los demás no importan’. Siento haber comentado la cita, pero no puedo resistir encontrar aquí nuevamente al GK sociólogo crítico.

Chesterton y su obra: una nueva página en el blog

Por fin podemos anunciar la creación de una página completa dedicada a Chesterton y su obra, en la que se puede obtener una panorámica completa de su vida, su aportación y sus libros.

Como es amplia y tiene varios apartados, para facilitar que todo el mundo pueda darle un repaso completo, la iremos sacando apartado a apartado en entradas semanales.

Pero si eres de los que no pueden esperar, tienes el acceso en una pestaña superior, junto a la cabecera del blog, aunque también puedes acceder desde aquí a GK y su obra.

Sobre Philippe Muray y ‘El imperio del bien’

En la pasada feria del libro granadina,  charlando con nuestro común amigo Arthur me recomendó este libro,  recién publicado por su editorial Nuevo Inicio y que acabo de empezar a leer.

Se trata de EL IMPERIO DEL BIEN, del totalmente desconocido autor francés mencionado, fallecido en 2.006.

Hablamos de un escritor, ensayista, narrador controvertido y polemista pensador, que con un estilo directo,  panfletista, agrio e irónico, arremete contra todo aquello que huele a modernidad y contra el cariz que ha tomado el progreso en estos últimos decenios.

Afirma que vivimos en una época donde ha triunfado el bien, se ha establecido permanente y plenamente en nuestra sociedad, y “gracias a sus virtudes educadoras, domesticadoras, aplastadoras, bruñidoras y civilizadoras, ……ha logrado la adhesión espontánea de casi todos,  al interés general.”  

Por ello, señala el autor, vivimos en una fiesta permanente, apareciendo lo que él llama el “homo festibus”. El homo sapiens ha evolucionado como consecuencia del progreso a un estado de fiesta permanente.” La tierra es un gran parque de atracciones”, señala en donde la “manada” lo único que busca es ser cada vez más “numerosa”.

No cabe duda de que se trata de un interesante punto de vista original, brillante y a mi juicio no falto de razón. El libro promete y engancha desde el inicio por este planteamiento que desarrolla y justifica.

En sus líneas, me recuerda en cierta forma al también francés Michelle Huellebecq,  y me atrevo a decir que de alguna forma también a nuestro amigo Chesterton.

Son irónicos, inconformistas,  van a contra corriente y políticamente incorrectos. Tremendamente críticos con los tiempos que les ha tocado vivir. “La duda se ha convertido en una enfermedad…….”   

Chesterton, profeta de nuestro tiempo

La gente corriente suele considerar profeta a la persona que anticipa la realización de un acontecimiento, que en sentido amplio, es más bien la capacidad de tener una determinada visión del futuro, normalmente con carácter condicionado. En el antiguo Testamento, los profetas son hombres de Dios, enviados para instruir al pueblo y mostrarles los errores que está cometiendo. Tienen la misión de enseñar y re-conducir al buen camino.

Siempre he considerado a GK un gran profeta, por su capacidad para proyectar las condiciones intelectuales y sociales de su época hacia delante: tenía el don de llegar a las últimas consecuencias de los hechos y de los argumentos, y los desafiaba con su brillante y divertida dialéctica, advirtiendo en los primeros síntomas lo que hoy vivimos de manera generalizada.

En El hombre corriente, he encontrado, sin embargo, una de las pocas veces que hace una afirmación tajante. Comentando las burlas de un periodista al espiritismo, habla con la solemnidad de un profeta. Eso sí, sin arrogarse especiales poderes, tan sólo invocando el sentido común. Pero 80 años después, estas palabras tienen plena vigencia.

«La experiencia mostrará que no es cierto que [el espiritismo] desaparece en todas partes frente al avance de la educación; por el contrario, algunos de sus más perversos ministros han sido los más altamente educados. La crónica mostrará que no es verdad que indique barbarie más que civilización; hubo más adoración de los malos espíritus en las ciudades de Aníbal y Moctezuma que entre los esquimales o los salvajes de Australia. Y el conocimiento de las ciudades modernas mostrará que se continúa practicando en Londres y París ahora mismo».

Como siempre, el método de GK nos ayuda a repensar nuestras creencias más asentadas: un ‘mundo civilizado’ ha de ser necesariamente mejor que uno que no lo es; la educación sería la solución para todos los problemas; el posible enemigo es el que está fuera, lejos de las fronteras…

Enlace

Enlace interesante

http://www.chesterton.org/

Ciencias de la religión

Con respecto a los misioneros afirma Chesterton: «Resulta bastante ridículo preguntar a un hombre (misionero) que está a punto de ser hervido en un caldero para ser devorado a continuación en el transcurso de una celebración religiosa, porqué no considera todas las religiones igualmente amistosas y fraternales» (pág, 301, Ed. Cristiandad).

En los últimos años a pesar del laicismo militante en los ambientes universitarios, sin embargo abundan en casi todas las facultades estudios y programas sobre la Ciencia de las Religiones. En la mayoría de los casos se busca demostrar que todas las religiones son iguales, dado que a grandes rasgos buscan lo mismo. Nada más falso!!!

Si se habla de igualdad siempre hay que tener un término de comparación. Por ejemplo todas las religiones son iguales con respecto a la ley jurídica. Pero con respecto a la verdad, sería una falacia terrible decir que dos afirmaciones contrarias (varias reencarnaciones y una única vida terrestre; Jesús Hijo de Dios versus la espera del Mesías político judío) son igualmente verdades en las mismas condiciones (tiempo, lugar).

Ciertamente la frase de Chesterton deja claro esta mentira moderna. Uno de los retos más difíciles del cristiano de hoy en día es ser convencido el mismo de la unicidad del cristianismo con respecto a las demás «religiones». Aconsejo leer todo el capítulo V, La huida del paganismo, del Hombre eterno.

La frase del día en Zenit

«Si no ponemos un final a las guerras, las guerras nos pondrán un final a nosotros».

H.G. Wells (1866-1946)

Zenit de 17.09.13

El hombre corriente, un nuevo libro de Chesterton en español

Acabo de encontrar en las estanterías de la librería Dauro un nuevo libro de GK traducido al español: El hombre corriente, publicado por la Editorial Renacimiento, en la colección Espuela de Plata, que tiene un estilo propio de impresión, con un cierto aire antiguo muy atractivo. De hecho, la portada es la misma que la edición original, en la que el hombre corriente es interpelado por un grupo de vetustos personajes (que recuerdan al banquero de Mary Poppins) y que parece un catálogo de narices:

Es el último libro al que GK dio el visto bueno antes de morir, en 1936, y es casi un testamento vital de su propia visión del mundo, en defensa de la alegría de la vida cotidiana. Es, como la mayoría de sus obras, un conjunto de ensayos y artículos. Como siempre, echo de menos el momento y lugar de publicación inicial, porque ayuda a la interpretación de cada texto. Pero en cualquier caso, está lleno de esas felicidades que Borges encontraba en GK. Como muestra, sirva un botón:

«Es en nuestros propios hogares y en nuestro propio círculo, […], en las viejas enfermeras, en los caballeros con hobbies, en las solteronas charlatanas y en los enormes e incomparables mayordomos, donde podemos sentir la presencia de la sangre de dioses».

GK siempre debate con los intelectuales que defienden al hombre corriente del… hombre corriente, particularmente cuando son los hombres y mujeres comunes quienes sufrimos la crisis económica generada en buena parte por los especuladores financieros. En cualquier caso, ¿con qué palabras se podría hacer una exaltación más gloriosa del hombre corriente?

Addenda: Este libro contiene algunos de los mejores ensayos en mi opinión de GK, en los que proporciona claves interesantísimas para entender su pensamiento. En ese sentido, discrepo de los artículos que destaca Luis Daniel González en su reseña, que tienen carácter mas convencional. ‘El restablecimiento de la filosofía ¿Por qué?’, ‘El perfil de la libertad’ ‘Consultando la enciclopedia’ y ‘Si tuviera que predicar un único sermón’, son un auténtico testamento vital de GK, con relación a los temas y perspectivas que sintetizan su vida y su obra, explicados por él mismo, en relativamente pocas palabras. Esperamos poder analizarlos pronto en el Chestertonblog.