Acabo de leer unas palabras del Papa Francisco sobre la modernidad muy interesantes en la carta que dirige a Scalfari -el fundador del diario italiano de izquierdas La Repúbblica-, en contestación a una carta abierta del propio Scalfari a Francisco. Son éstas:
«A lo largo de los siglos de la modernidad, se produjo una paradoja: la fe cristiana, cuya novedad e incidencia sobre la vida del hombre desde el principio han sido expresados precisamente a través del símbolo de la luz, a menudo ha sido calificada como la oscuridad de la superstición que se opone a la luz de la razón. Así entre la Iglesia y la cultura de inspiración cristiana, por una parte, y la cultura moderna de carácter iluminista (en español del España diríamos ilustrado, nota de chestersoc), por la otra, se ha llegado a la incomunicación. Ahora ha llegado el momento, y el Vaticano II ha inaugurado justamente la estación, de un diálogo abierto y sin prejuicios que vuelva a abrir las puertas para un serio y fructífero encuentro».
A Chesterton le gustaban las ventanas porque decían que era un marco a través del cual se veía mejor la realidad. No tengo intención de corregir a Francisco, Dios me libre. Sólo quiero aclarar que el diálogo entre el cristianismo y la modernidad siempre ha existido y que ése es precisamente el marco -la ventana- desde la que se puede ver mejor a GK, pues todos sus escritos están impregnados de esa intención de de dialogar, de poner evidencias y argumentos sobre la mesa. La idea de este blog es que GK puede ayudar mucho a ese diálogo y comprensión mutua, y hay que amplificarlo.
La definición de lo que fue GK -¿escritor, periodista?- que más me gusta es polemista, porque le encantaba el diálogo, destacando los aspectos controvertidos. Toda su obra puede calificarse como una gran polémica con la modernidad, este mundo moderno que tiene tantas cosas que mejorar.