Archivo mensual: septiembre 2013

Chesterton, la modernidad y el marco

Acabo de leer unas palabras del Papa Francisco sobre la modernidad muy interesantes en la carta que dirige a Scalfari -el fundador del diario italiano de izquierdas La Repúbblica-, en contestación a una carta abierta del propio Scalfari a Francisco. Son éstas:

«A lo largo de los siglos de la modernidad, se produjo una paradoja: la fe cristiana, cuya novedad e incidencia sobre la vida del hombre desde el principio han sido expresados precisamente a través del símbolo de la luz, a menudo ha sido calificada como la oscuridad de la superstición que se opone a la luz de la razón. Así entre la Iglesia y la cultura de inspiración cristiana, por una parte, y la cultura moderna de carácter iluminista (en español del España diríamos ilustrado, nota de chestersoc), por la otra, se ha llegado a la incomunicación. Ahora ha llegado el momento, y el Vaticano II ha inaugurado justamente la estación, de un diálogo abierto y sin prejuicios que vuelva a abrir las puertas para un serio y fructífero encuentro».

A Chesterton le gustaban las ventanas porque decían que era un marco a través del cual se veía mejor la realidad. No tengo intención de corregir a Francisco, Dios me libre. Sólo quiero aclarar que el diálogo entre el cristianismo y la modernidad siempre ha existido y que ése es precisamente el marco  -la ventana- desde la que se puede ver mejor a GK, pues todos sus escritos están impregnados de esa intención de de dialogar, de poner evidencias y argumentos sobre la mesa. La idea de este blog es que GK puede ayudar mucho a ese diálogo y comprensión mutua, y hay que amplificarlo.

La definición de lo que fue GK -¿escritor, periodista?- que más me gusta es polemista, porque le encantaba el diálogo, destacando los aspectos controvertidos. Toda su obra puede calificarse como una gran polémica con la modernidad, este mundo moderno que tiene tantas cosas que mejorar.

La frase del día de Zenit, hoy

El lugar donde nacen los niños y mueren los hombres, donde la libertad y el amor florecen, no es una oficina ni un comercio ni una fábrica. Ahí veo yo la importancia de la familia.

Gilbert Keith Chesterton. (1874-1936)

Dickens y Chesterton

He comenzado a leer David Copperfield, la obra de Charles Dickens que según todos es un trasunto de su propia vida. Comienzo a leerla de manera colectiva, por común acuerdo con mis amigos de la tertulia literaria de Gójar, y reconozco que me ha cogido. Nunca había leído nada de Dickens, aunque sabía que era una de las influencias que ayudaron a GK a salir de la fase depresiva y solipsista de su juventud, y no me extraña, porque la mirada del joven David lo impregna todo de una simpatía que te hace sonreír.

Pues bien, éste es el principio del libro: «Para empezar el relato de mi vida por el principio de la misma, dejo constancia de que nací un viernes, a las doce de la noche, según me contaron y yo lo creo».

Seguro que a más de uno le habrán venido a la memoria estas palabras de la Autobiografía de GK: «Doblegado ante la autoridad y la tradición de mis mayores por una ciega credulidad habitual en mí y aceptando supersticiosamente una historia que no pude verificar en su momento mediante experimento ni juicio personal, estoy firmemente convencido de que nací el 29 de mayo de 1874, en Campden Hill, Kensington, y de que me bautizaron según el rito de la Iglesia anglicana en la pequeña iglesia de St. George…»

Siempre pensé que este párrafo era una ironía dirigida a cuantos están convencidos de que todo conocimiento ha de provenir de la experiencia directa y que la influencia de los demás no es sino perjudicial para el desarrollo de una vida autónoma y un juicio personal… Pero ahora reconozco también un homenaje a su maestro. Son muchas las influencias de Dickens en GK que he reconocido en los pocos capítulos que llevo del libro, y quizá en más ocasiones vuelva sobre ellas, porque al leerlas, sientes conocer un poco mejor a GK.

En cualquier caso, el esquema se repite: en un mundo en el que se nos invita vivir nuestra vida individual, son los demás quienes nos abren los ojos a la realidad.

Recorriendo la red se encuentran tesoros

Internet es el paraíso para los chestertonianos, antes o después, acabas por toparte con un texto que merece la pena leerlo de cabo a rabo. Ésta es una entrada del blog de Enrique García-Máiquez, poeta y gran admirador de GK. Si de alguien pudiera decirse que es discípulo de GK, podría aplicarse a él: escribe con soltura, gracia y agudeza, y sobre todo, siempre manda la sanity, la cordura, y la alegría de vivir en todo lo que dice. Vale la pena seguirlo.

La entrada comenta un prólogo a un libro de GK, pero habla sobre todo de las diversas etapas de la vida de nuestro protagonista, a partir de un inexacto comentario del prologista sobre Frances Blog. Si no fuera porque habla de él mismo, pienso que a GK le habría encantado esta historia.

Es también una entrada paradigmática de blog, y de cómo hacer que un tema suscite comentarios interesantes, hasta de personas muy conocidas en el ámbito de la cultura. Enhorabuena.

Bueno, os dejo con García-Máiquez.

La frase de Zenit, de fecha 06 Sept. 13

La frase del día

«Los hombres que inician a combatir a la Iglesia por amor a la libertad y de la humanidad, acaban por combatir también la libertad y la humanidad con tal de combatir contra la Iglesia».

Gilbert Keith Chesterton (1874 – 1936)


Chesterton: elogio de la madera

Me he topado por casualidad con una representación de la imagen de la Inmaculada de Alonso Cano, el genial artista barroco, que se conserva en la catedral de Granada. Este tesoro rodeado de tesoros es una talla de unos 50 cm de altura realizada inicialmente para el facistol de la catedral, que hoy preside la sacristía.

Como si fuera un clic de ratón, me han venido a la cabeza unas palabras sobre la madera que leí el otro día en uno de los ensayos recogidos en Los países de colores. El ensayo en cuestión está dedicado a la caja de pinturas y es, cómo no, una variación sobre uno de los temas que fascinan a GK, la posibilidad de creación, la creatividad que tenemos los seres humanos. Volvamos a la madera:

«Es la más fascinante y las más simbólica de las sustancias, ya que tiene la dureza esencial justa para resistirse al aficionado y la maleabilidad necesaria para convertirse en un instrumento musical en manos de un experto. Trabajar la madera es el ejemplo supremo de creación; la creación en un material que se resiste lo justo pero ni un ápice de más. No resulta por tanto de extrañar que el mejor en tomar forma de hombre fuera carpintero».

Inmaculada de Alonso Cano seleccion

Profundizar en El hombre eterno

Juan Manuel de Prada -uno de los grandes seguidores de GK en España-, hablando de El hombre eterno, dice que es un libro que resume en apenas trescientas páginas la historia de la humanidad, que es también la historia de la salvación. Uno de esos libros -como las confesiones de San Agustín o la poesía de San Juan de la Cruz- que constituye en sí mismo una obra maestra de la literatura, pero que al mismo tiempo es algo más, mucho más: es la gracia divina hecha escritura, transmutada en palabras gozosas, de una belleza y un ardor intelectual, de una amenidad y una hondura tales que quienes las leen tienen la sensación de haber sido bautizados de nuevo».
Como los miembros del Club Chesterton de Granada estamos trabajando sobre el libro, hemos abierto una página en este mismo blog, en la que colocamos materiales que tratan sobre el libro, además de nuestros propios análisis.
Seguiremos añadiendo entradas al blog de manera habitual referidas al libro (y que pueden encontrarse pulsando sobre la etiqueta correspondiente), pero en esa página se encuentran los materiales ‘duros’.

El Orson que era Jueves

En 1938 la compañía Mercury Theatre, fundada por Orson Welles y John Houseman, saltó a las ondas con el programa «The Mercury Theatre on the Air», en el que dramatizaron una infinidad de obras literarias. La más célebre, por supuesto, es «La guerra de los mundos», por el pánico que provocó su entonces novedosa estructura de falso noticiario. Pero hay mucho más, eclipsado por la flota de naves marcianas, y para nuestra inmensa fortuna e infinito regocijo, alguien se está encargando de rescatar todos aquellos programas y ponerlos a disposición del público en descarga gratuita.

Hay de todo: Dickens («Historia de dos ciudades», «Los papeles del club Pickwick», la inevitable pero siempre deliciosa «Canción de navidad»), Dumas (¡»El conde de Montecristo»!), Stoker (un «Drácula» arrebatador), Conan Doyle (Holmes, por supuesto), Verne («La vuelta al mundo en ochenta días»), Conrad («El corazón de las tinieblas»), Hugo («Los miserables»), Saki (su maravilloso relato «La ventana abierta», una deslumbrante exhibición de funambulismo entre el horror y el humor), o incluso una breve conversación entre Orson Welles y H. G. Wells, quien, como es sabido, fue buen amigo y cordial antagonista de Chesterton.

Y también hay lugar para el propio Chesterton: nada menos que «El hombre que era Jueves«. Aunque se trata de una versión sumamente condensada, la energía de los intérpretes y la fuerza del relato garantizan una escucha apasionante. Es más, la estructura de la novela, que va desplegando sus revelaciones como una caja china (¡o una matriushka!) hasta llegar al gran enigma que es Domingo, la hace idónea para un narrador tan aficionado a encajar misterios dentro de misterios como era Welles.

A propósito de la afinidad entre Welles y Chesterton, creo que el amigo Gilbert suscribiría casi palabra por palabra lo que dice Orson a propósito de Chartres en «Fraude», en una secuencia que es el verdadero corazón de la película, oculto bajo numerosas capas de cinismo y habilidoso escamoteo. Si no la habéis visto, es muy recomendable: la secuencia de Chartres resulta mucho más conmovedora en su contexto y, en términos de lenguaje cinematográfico, «Fraude» fue tan innovadora e influyente como «Ciudadano Kane».Image

Houellebecq, sobre William Morris

He leído esto y creo que podría encajar  aquí. El libro esta muy bien, lo recomiendo al igual que todos los del autor. Genial.

«Hacia el final se adhirió al marxismo, pero al principio era distinto, realmente original. Parte del punto de vista del artista cuando produce una obra, e intenta generalizarlo en el conjunto del mundo de la producción: industrial y agrícola. Hoy nos cuesta imaginar la riqueza de la reflexión política de aquella época. Chesterton rindió homenaje a William Morris en el Regreso de Don Quijote. Es una novela curiosa, en la que imagina una revolución basada en el retorno al artesanado y al cristianismo medieval que se extiende poco a poco por las islas británicas, suplantando a los demás movimientos obreros, socialista y marxista, y que conduce al abandono del sistema producción industrial en favor de comunidades artesanales y agrarias. Algo absolutamente inverosímil, tratado en una atmósfera de hadas, no muy alejado del Padre Brown. Creo que Chesterton puso en este libro muchas de sus convicciones personales. Pero hay que decir que William Morris, a juzgar por todo lo que se sabe de él, fue una persona extraordinaria.»

El mapa y el territorio, Michel Houellebecq, Ed Anagrama, pag 230.

Inauguramos la etiqueta ‘Otros citan a GK’

Es tanta la gente que cita a GK en un contexto u otro que bien merece la pena recoger algunas de éstas citas para mostrar lo rico y variado que puede llegar a ser.

He encontrado esta referencia sobre el placer. Está en la línea del sentido común, de la sanity, de la que GK era tan amigo. Hoy, la búsqueda de emociones, la búsqueda de intensidad en todo, acaba por echar las cosas a perder, al ocultar las dimensiones de nuestra limitada realidad. Pero será mejor que cada uno lo descubra por su cuenta.

Cualquiera que descubra que alguien cita a GK, que no deje de enviarme el enlace (o la publique él mismo, si es autor).