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Chesterton: valor y honor contemplados desde otra época

El protagonista de El regreso de Don Quijote, el bibliotecario Herne, que ha asumido el papel de un rey medieval, sigue juzgando en la entrada de hoy ( y ) nuestra conducta y palabras. Es la forma elegida por Chesterton para ayudar a comprendernos:

La figura de Ricardo Corazón de León es el ejemplo constante de El regreso de Don Quijote, de Chesterton

La figura de Ricardo Corazón de León es el ejemplo constante de El regreso de Don Quijote, de Chesterton. Foto: Wikipedia.

Nuestro espíritu es el de esa edad en que la presa del soberano, el jabalí o el corzo, podía volverse rugiendo hacia él y despedazar al cazador. Es decir, un mundo en el que se respetaba a los enemigos incluso cuando se trataba meramente de bestias salvajes. Conozco a John Braintree y sé que es el hombre más valiente de este mundo. ¿Cómo seremos capaces de defender el propio ideal si despreciamos al que lucha por el suyo? Ande, vaya y mátelo si puede, pero si lo que sucede es lo contrario, que es él quien finalmente le da muerte, quiero decirle que quedaría usted más honrado en la muerte que con esas palabras que acaban de ganarle el deshonor.
Fue un instante de estupor e ilusión perfectas. Herne había hablado de modo espontáneo, según lo sentía, y sin embargo, el efecto había sido el de una reencarnación. Exactamente como lo habría hecho el propio Rey Ricardo Corazón de León si hubiera tenido que censurar a un cortesano que hubiese osado motejar de cobarde a Saladino[1].

Spoiler:
Como otras veces, si alguien prefiere quedarse con su interpretación, que no siga leyendo. Pero en el Chestertonblog damos la nuestra al menos en un par de aspectos:

Primero, el reconocimiento del contrario y de su ideal es el reconocimiento del valor del propio ideal: cuando uno tiene un ideal verdadero lo primero que hace es ver el mérito, el honor y el valor del contrario… porque sabe lo que vale lo suyo. Dado que en nuestra época la violencia ocupa un lugar secundario, las luchas se han convertido en lucha política o en lucha dialéctica, en guerra de frases, en las que todo parece valer, con tal de desacreditar al otro y a sus argumentos, y alzarse con el triunfo. De hecho, apenas hay debate hoy, y en las cuestiones disputadas se funciona más con slóganes que con ideas. Como muestra un botón: nulo debate sobre la propuesta de reforma de ley del aborto en España. Tan sólo un eslogan se ha alzado, el de quienes consideran que es un recorte de derechos de la mujer. No más discusión: sin datos, sin problemas latentes, ni propuestas de soluciones por parte de políticos de un lado y de otro: el apasionante debate entre los bienes y los derechos aplastado por las imágenes de  las chicas de Femen, y sin contraargumentos ni más apoyos del propio partido que pretende la reforma, ni si quiera debate interno dentro del mismo. Sólo si gusta o no gusta, y lo que más poder consiga, eso se impondrá.
En segundo lugar, la pérdida de la valentía del líder, que ya no se expone en primera persona, como los reyes medievales o los antiguos, que estaban al frente de su ejército: Ricardo y Saladino, Alejandro y Darío. En ausencia de violencia, los que mandan se parapetan con contratos blindados. La lucha por la igualdad es una batalla que hay que pelear continuamente, en nuevos terrenos o de nuevas formas, porque si no, sucede lo que está pasando una vez más: los más débiles vuelven a cargar con el peso de la crisis económica. Sólo un dato: según numerosas fuentes, el consumo de bienes de lujo es el único sector de la economía que ha crecido durante estos años.

Mañana, un nuevo ejemplo.

[1]Saladino y Ricardo Corazón de León son los protagonistas de la Tercera Cruzada: Ricardo no consigue conquistar Jerusalén, defendida por el primero.

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Algo más sobre ‘El Napoleón de Notting Hill’

Tras varios días de temas subidos, volvemos a la novela El Napoleón de Notting Hill (publicada en España por Pretextos en 2004) al que hemos hecho referencia en varias entradas.

Hemos encontrado en Internet quien la considera desde la perspectiva de  una novela de ciencia ficción (aunque peculiar, ciertamente); el comentario de Dale Ahlquist (en inglés, naturalmente), y una reseña en Lecturas errantes, un estupendo blog literario, que recogemos para animar a seguir con su difusión. Pero hemos seleccionado nuestra favorita y la recogemos a continuación: el texto que Luis Daniel González recoge su blog Bienvenidos a la fiesta, sobre  Se explica el argumento y se complementan nuestras reflexiones:

El Napoleon de Notting Hill

Fanáticos y Satíricos

«El Napoleón de Notting Hillnovela escrita en 1904, fue la primera de Chesterton y, en su opinión, su primer libro importante. Básicamente, la historia cuenta cómo, en el año 1984, los residentes de un barrio londinense se levantan en armas y se declaran independientes de Inglaterra. Situar la novela en el futuro no indica que Chesterton quisiese componer una novela de ciencia-ficción sino, sencillamente, que necesitaba un escenario posible para su argumento: una época en la que los más preparados no quieren la responsabilidad de gobernar y en la que la gente mira al gobierno con resentimiento e indiferencia; un ambiente surrealista donde los personajes parecieran reales pero en el que todo se desdibujara y no se hiciera odiosa la presentación de una guerra civil.
Los hechos suceden cuando es nombrado rey un tal Auberon Quin, que lo toma todo como una broma y extiende tal actitud a su reinado. Quin reinstala toda una parafernalia medieval: hace que cada barrio tenga sus propios colores, pide que todo se haga de un modo muy ceremonioso… Los comerciantes se dejan llevar mientras las locuras del rey no afecten a sus intereses y puedan sacar provecho a sus ideas de patriotismo local. Pero Adam Wayne, cabecilla de Notting Hill, se toma en serio la defensa de su barrio y manifiesta su desacuerdo total cuando los demás quieren construir una calle que lo atraviese. Su espada deja entonces de ser un elemento decorativo y forma un ejército con los residentes del barrio, para lo cual encuentra un ayudante imprevisto en un comerciante de juguetes. Tienen lugar algunas batallas en las que, contra toda previsión, vencen Adam Wayne y los suyos. En el clímax de una batalla, el rey, que no se toma nada en serio, se une a las fuerzas de Wayne, que sí lo toma todo en serio. Al final, Auberon Quin y Adam Wayne se acaban dando cuenta de que, cuando llegan días oscuros y monótonos, el fanático puro y el satírico puro se vuelven imprescindibles: no son sino «los dos lóbulos del cerebro de un labrador».
Una línea interpretativa la proporciona el tipo extraño que aparece fugazmente al principio y que se presenta como el presidente de Nicaragua, un personaje que se declara solemnemente contrario al imperialismo cultural o económico de las naciones grandes, la misma idea que fundamenta la revolución interna que tendrá lugar luego: ‘Si un lugar es lo suficientemente grande como para que los ricos lo codicien, también es lo suficientemente grande como para los pobres lo defiendan’, una frase que aclara por qué Michael Collins hizo de esta novela su libro favorito. Otra línea es la que subrayaba Ronald Knox: cuando el mundo va mal aparecen los cínicos y los fanáticos, pero el hombre normal que vive en ese mundo es una mezcla de ambos y Chesterton quiere hablar del hombre común con salud mental que sabe cómo reír y cómo amar; explicar que no se puede reír sin amar y que no se puede amar sin reír. El desenlace resulta confuso para quien espera que uno de los dos personajes principales tenga razón absolutamente pero no lo es si se ven como necesariamente complementarias las posturas que ambos representan.»

A la reconquista de Notting Hill

Hijos cuarentones, y ya nostálgicos. A dos cuartos del despacho suena Depeche Mode. Su canción Enjoy the silence parece preludiar la irrupción en escena de algún héroe de antaño. La relectura de la novela termina. Cierro los ojos un instante. El imperio de Notting Hill ha sido derrotado.

He conocido este lugar de Londres. Más por las lecturas chestertonianas que por mis paseos por aquellos andurriales. Caminados sin prisa. Memorizada la narrativa del escritor londinense. Así, con estas premisas, que por tales, son previas, me he acercado a una de las joyas de la narrativa anglosajona: la fantástica novela fantástica El Napoleón de Notting Hill.

Como corresponde a nuestro escritor, inglés de pro, y a su tradición literaria, gran manipulador de la  ficción, o sea, del corazón de la narrativa, se apresta a partir de la más descabellada historia imposible, para dejarnos en las puertas de la realidad… y de la verdad.

En el texto que nos ocupa se crea un mundo fabuloso, incluso fantasmagórico y de luces apagadas; de situaciones límite capaces de arrimarnos a las orillas del paroxismo; de paraísos hollados por tarados hombres desalmados y violadores de la leyes de la naturaleza. Las fantasías dan paso a la realidad de la confrontación, en una mezcla, a veces, histriónica de tragedia y absurdo.

La historia que se nos cuenta, no es más que una broma tomada en serio por un adalid de la ilusión fanatizado: Notting Hill será si se independiza. Notting Hill debe conservar las tradiciones y los espacios patrios. Notting Hill debe mantener la amable vida del pasado. A lo largo de la historia, Notting Hill triunfará sobre sus enemigos, porque posee el arma de la fe. Notting Hill se constituye en Imperio y prospera. Pero, obra humana al fin, se pudre y es derrotada Notting Hill.

Finalizada la música del reciente pasado: Depeche Mode y su tropa. Cerradas las puertas de Notting Hill, ¿qué nos queda?. Me aventuro a estimar que este camaleónico novelista, de modo aparentemente confuso, entre escenarios de tramoya, más o menos trasnochada, con personajes al borde de un ataque surrealista, como sacados de la tertulia del Café Pombo, cruzando la verdad con la mentira o fantasía, nos inquieta con una serie de preguntas:

¿La realidad enloquece a los hombres?
¿Algunos o muchos hombres de negocios son unos fanáticos?
¿Es la libertad de expresión un bien innegociable?
¿Son pacíficos los hombres de negocios?
¿Es una superstición la democracia?
¿Es conveniente y necesario fomentar el patriotismo municipal?
¿Qué es la paz maligna?
¿La nueva religión de la Humanidad es el humor?

Entretanto el humor de Auberon Quim y el ardor de Adam Wayne se pierden en la lejana línea del horizonte. Marchan juntos hacia nuevos mundos, hacia un NUEVO MUNDO.