Archivo mensual: febrero 2016

                        Caza de amor

 

 

“¡Si tú supieras quién es el que te dice “dame de beber”!, tú serías quien le pedirías a él, y él te daría un agua que te quitaría la sed para siempre.”

(Juan, 4,10)

 

 

            Merodeando en el intrincado bosque de la conciencia, donde el alma se desnuda palmariamente y aparece el ansia de eternidad, y la ponzoña de nuestras conscientes/inconscientes memorias, recreo una infancia feliz, de colores y esperanza por la inocencia. El anhelo de redención se abre como la corola de una flor a la perdurabilidad. Y olvida la culpa. Y todo ello impulsado por la Voz Creadora a la que ya no quiero ser desobediente nunca jamás. No obstante, la culpa, que por doquier   asedia con implacabilidad demoniaca, la Voz con carrera veloz defiende a sus ovejas con  su perdón. Yo lo acepto y dejo de ser noche.

 

En estas reflexiones andaba, cuando me vino a las mientes la existencia de un excelso poema que busqué, encontré y clasifiqué; para ahora mirar, leer y saborear: “El lebrel del cielo”.

 

            La concepción teocéntrica se mece, armónicamente, en esta ilustre oda en la abundancia de imágenes, la policromía de las voces y la reiteración de símbolos, como si una visión de Dios se hubiera quedado plasmada en el límpido papel. Su autor bohemio y religioso, niño y hombre baqueteado, eremita enfermo, y enfermo iluminado en la contemplación, nos requiere, para sugerirnos una contestación de entrega

 

a la persecución que, Dios como un perro de caza, nos ofrece a fin de alcanzar la salvación. (Transmutando el texto, podríamos decir que  Dios tras un amoroso lance nos da caza.)

El autor de este místico poema es Francis Thompson. Ya hemos hablado del atrevido símil, referido a Dios Amor: “perro de caza”. En el poema, Dios se muestra como un pordiosero de amor que insiste en la  persecución del hombre en su huida, pues el hombre, creado por Dios es para Dios, y Este no se cansa en la búsqueda de las ovejas perdidas, aunque su misión le conduzca a dar al hombre hasta su último aliento.

 

Elogiado por autores como W.B. Yeast y Chesterton  e influyente poeta en las obras de Tolkien y Jules Supervielle,   sitúa el poema en el contexto en el que la multiplicidad de credos se ve infestada por algo tan moderno como “la cuestión semántica”, en la que lo blanco se denomina negro e impuro a lo puro. Así G.K.Chesterton dice: “Lo que queríamos significar al decir que El Lebrel del Cielo es un verdadero poema religioso, es simplemente que no tendría sentido si fuéramos a suponer que se refiere a esas abstracciones modernas o a cualquier cosa que no sea un Creador personal en relación con una criatura personal.” (El lebrel del cielo, inserto en el libro de ensayos El hombre corriente. Espuela de plata. Sevilla. 2013)

 

Extrayendo de todo lo relatado acerca del asunto de esta oda, podemos sintetizar el tema en “Dios –el sabueso del Cielo- da a la caza – alma que huye- alcance– la salvación… y, al final, la UNIO.

 

Para darnos una idea, y con el recuerdo de la mística cetrería, añado como colofón algunos de los últimos versos de la oda de Francis Thompson:

 

 

Now of that long pursuit

Comes on at hand the bruit;

That voice  is round me like a bursting sea:

And is thy earth so marred,

Shattered in shard on shard?

Lo, all things fly thee, for thou fliest Me!

(Ya la persecución está lograda,/ Y la Voz como un mar en torno fluye:/ -¿Crees que la tierra gime destrozada? Todo te huye, porque tú me huyes.)

 

Strange, piteous,futile thing!

Wherefore should any set these love apart?

Seeing mone but I makes much of naught (He said),

And human love needs human meriting:

How hast thou merited

Of all man´s clotted clay the dingiest clot?

Alack, thou knowest not

How little worthy of any to love thou art!

Whom wilt thou find to love ignoble thee,

Save Me, save only Me?

All which I took from thee I did but take,

Not for thy harms,

But just that thou might´st seek it in My arms.

(¡Extraña, fútil cosa, miserable!/ dime, ¿cómo podrías ser amada?;/ ¿no he hecho ya demasiado de tu nada/ para hacerte sin mérito, aceptable?/ Pizca de barro, ¿acaso tú no sabes/ cuán poco amor te cabe?/ ¿Quién hallarás que te ame? Solamente / yo, que cuanto te pido te he quitado,/ para que me lo pidas de prestado/ y lo dé misericordiosamente.)

 

All which thy child´s mistake

Francies as lost, I have stored for thee at home:

Rise, clasp My hand, and come!

Halts by me that footfall:

Is my gloom, after all,

Shade of his hand, outstretched caressingly?

“Ah, fondest, blindest, weakest,

I am the Whom thou sleekest!

Thou dravest love from thee, who dravest Me”

(Lo que tú crees perdido está en mi casa/ levántate, toma mi mano y pasa./ Los Pasos se han quedado junto al vano./ Acaso ¡oh tú, tiniebla que me ofusca/ seas sólo la sombra de Su mano!/ “Oh loco, ciego, enfermo que te abrasas,/ pues buscas el amor, a mí me buscas,/ y lo rechazas cuando me rechazas.”) Traducciones de Carlos A. Sáenz

 

 

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            El Club Chesterton de Granada recuerda a su fundador

 

 

            En el aniversario de la partida al Cielo de Juan Carlos de Pablos Ramírez, una centena de amigos, en su mayoría vinculados al Club Cherterton de Granada, ha rememorado la figura de su fundador: Juan Carlos de Pablos.

 

Juan Carlos de Pablos, profesor de la Facultad de Políticas y Sociología de la Universidad de Granada, historiador, fundador de clubes de lectura y del Club Chesterton granadino era, además, un tertuliano culto y ameno; de un infatigable carácter razonador al que unía el apoyo de la fe en Dios. Excelente amigo.

 

En este día de conmemoración, sus amigos se allegaron a contarle muchas cosas a la sombra de los cipreses, en donde mezclaron lágrimas y oraciones. Más tarde, acompañados en dulce conversación por Juan Carlos y por Chesterton, peregrinaron a la Iglesia de San Cecilio para ganar el Jubileo de la Misericordia y rezar una misa por el alma del fundador del Club. Finalmente, una comida de hermandad volvió a reunir a todos sus familiares, colegas y conocidos en el cordial rincón de la amistad.

 

 

 

 

 

 

Una noche encantada

CHESTERON, TOLKIEN

Y LA SABIDURÍA DE LOS CUENTOS

Prof.D. Eduardo Segura Fernández

Para los seguidores de nuestro blog, así como también para los visitantes ocasionales, es un placer compartir con todos vosotros la alegría de haber comenzado el ciclo de conferencias anunciado, con la magnífica conferencia del Prof. D. Eduardo Segura.

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El conferenciante es un  intelectual vocacional, que maneja con brillantez y rigor campos afines como la filosofía, la filología, la teología, la educación, la música, la cinematografía, los deportes y esencialmente la VIDA. Es socio de honor de la Sociedad Tolkien Española e ilustre integrante del grupo de investigadores que elaboran la J.R.R. Tolkien Encyclopedia.

Autor de destacados libros sobre J.R.R. Tolkien, G.K. Chesterton, C.S. Lewis y los Inklings, incansable blogger y difusor de grandes ideas, autores y libros, asesor del equipo de guionistas que fraguaron la archi-conocida película El Señor de los anillos y profesor en la Universidad de Granada, Eduardo ha respondido con solicitud a nuestra invitación de participar en el homenaje al fundador del Club Chesterton.

De los mucho – pero sobretodo sobresalientes – libros de los cuales es autor o co-editor, destacamos Tolkien, el mago de las palabras, llegado a su quinta edición y El viaje del anillo, cuya segunda edición estará disponible en Iberoamérica y en formato electrónico.

El público, con edades comprendidas entre 6 y 80 años, no ha cabido en la Sala de Actos de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología, entre ellos, un gran numero de estudiantes, sin ganar un solo crédito ECTS :). Algunos son seguidores de las «clases magistrales» que el Profesor imparte, a modo de Ágora, mediante videos en youtube.

La calidez del ponente y la profundidad del mensaje han creado un ambiente difícil de describir con otra palabras que no sea ESPÍRITU. Ha sido una experiencia catártica, fruto de la sutil orquestación de preguntas vitales, respuestas de los grandes que nos han precedido, la propia auto-interrogación y el ejemplo de los niños que nos enseña buscar NUESTRO sitio en la narrativa del mundo.

Pocas veces va uno a escuchar una conferencia y vuelve a casa custodiando una epifanía de la belleza en el alma. Desde la conferencia de Eduardo Segura la luz de una estrella ilumina sobre nosotros. Un hombre excepcional ha recibido ayer un homenaje a manos de otro hombre excepcional.

¡Una gracia!¡Muchas gracias!