

Chesterton en su artículo “Las supersticiones protestantes”, analiza un texto del deán de San Pablo de Londrés, que pasamos a comentar.
Leído cuidadosamente, y conocida la personalidad del deán Inge, vamos, con el auxilio de Chesterton, a extraer una serie de consecuencias que nos acercan a algunas falacias contra-católicas. En estas falacias y supersticiones, que no son más que ataques a la teología y fe católicas, el deán emplea un tipo de pensamiento refutatorio pueril y antediluviano: así en su exposición, el autor Inge no define, previamente, los conceptos que utiliza; de tal modo que una vez que lanza su aserto, al rebatir una idea o pensamiento, replica simplistamente con el método “me gusta” o “no me gusta”, como si una cuestión filosófica o doctrinal fuera igual que la contemplación de una pintura o un paisaje. Obviamente, son objeciones no razonadas, nada lógicas y, en absoluto, nada razonables. Además, en primera instancia, también es de buen razonar – según el deán de San Pablo- aceptar la opinión de lo que cualquiera diga, sin tener en cuenta el rigor y formación que tenga el que opina; a este respecto, nos dice Chesterton:”Pero cuando una persona asume la postura absurda de creer lo que cualquier otro pueda creer, ante todo quisiéramos saber en qué cree, cuáles son los principios en los que cree; y, sobre todo, en que cosas no cree”.
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