Archivo mensual: junio 2017

Chesterton, crítico de James M. Barrie

En esta entrada voy a opinar sobre lo que opinaba Chesterton acerca de la opinión – no otra cosa es un libro- de Sir James M. Barrie. Aún pasando a través del cedazo chestertoniano, parece que mencionar al autor de Peter Pan, es hablar de un desangelado escritor de fantasías al gusto de Walt Disney. Nada más alejado de la realidad. Si hubiera tenido Borges que clasificar a Peter Pan dentro de un subclase temática, lo más seguro, es que lo habría incluido en su Historia Universal de la Infamia.

 En no pocas ocasiones, cuando un texto o, incluso, una obra completa de un escritor «cae» en el ámbito de sus receptores no idóneos, puede que la interpretación de la misma obra se desvirtúe. Piénsese en  las Rimas de nuestro Bécquer, poeta al que Dámaso Alonso lo reconoce como el precursor de la gran poesía española  del siglo XX, y que la memoria impregnada de ríos de lagrimas quinceañeras de finales del s. XIX y hasta mediados del XX, llevaron al abandono de una serie lectura de la poesía becqueriana, así como de la profundización de las Rimas que llegan casi a tocar con los dedos del alma la inefabilidad. Así, la factoría Disney ha embellecido -entiendo que, para los niños, acertadamente- textos abyectos, a los que se les ha arreglado su crueldad, su perversidad y<<<7o su indefinición. Y ahí quedó la visión de tantos grandes libros. ¿¡Peter Pan!?

Al respecto, el gran amigo de James Barrie, G.K.Chesterton nos dice que Peter Pan nace del afán que todo niño tiene de una vida de aventura, aunque hay personas que siempre quieren ser solamente niños. Este es conflicto de Peter Pan. Pero, ¿es éste, acaso, el dilema de J.Barrie? ¿Tiene que ver algo en la postura del autor la muerte por ahogamiento de un hermano pequeño? En una declaración famosa del celebrado Barrie, nos dice :  «El terror de mi infancia fue saber que llegaría el momento en que tendría que dejar de jugar». Poco años después, Barrie fue tildado como un enfermo de «síndrome psicogénico». Sin tocar ese punto de maliciagnignización -su gran amigo grande – en todos los sentidos- no era un niño? Sí, pero otro niño. Porque Chesterton cae en la cuenta de que lo triste es que si la aventura en Peter Pan es inverosímil, las conductas y personalidades de los diversos actores de la novela son verosímiles.

Hay juicios indefinidos de Chesterton, que parecen guardar celosamente un secreto inexpugnable. Juicios difíciles de encajar en la mentalidad de Barrie. Chasterton nos dice que conoce muy mucho a J. Barrie, tanto que hay aspectos del mismo que no va a contar. ¿Por qué? Se contenta con declararnos de su buen amigo que «Barrie crea un silencio a su alrededor». Chesterton lo achaca a su modestia, a su falta de egotismo. ¿cómo explicamos esta opinión de Chesterton. Las biografías del personaje nos lo muestran como persona de talante humilde. Lo cual choca, algo con su carácter sociable, abierto y  de líder. Suya es la ocurrencia de hacer una película de vaqueros con sus amigos escritores; y suyo es el invento de formar el grupo delos Allabarberri – club hecho para perder o, mejor, no ganar al cricket- y formado por Chesterton, Stevenson, Conan Doyle, Barrie, Shaw; Wells y otros.

Volvamos al «muro de silencio» Pienso que James Barrie, a causa de la muerte de su hermano David,  sufrió el desafecto que, por su parte, sufrió Peter Pan de su madre. El personaje de su novela es volátil, descarado y, a veces, gracioso; está también cargado de presunción, engreimiento, malicia e, incluso, odio. Porque las madres son unas canallas; porque en el País de Nunca Jamás habrá niñas; porque cuando los niños crecen, Peter Pan de deshace de ellos; porque hablar de las madres es una tontería; porque «Nos escabullimos como los seres más crueles del mundo que es lo que son los niños…»; porque estaba «…lleno de ira contra los adultos…» ¿Podían estar estos sufrimientos en la mente del autor de Peter Pan? Tenía, pues, ante tanto dolor, cancelarlo en el silencio.

Chesterton como siempre, misericorde, eleva al personaje de Barrie a mito cultural del siglo XX.  Chesterton añade que si hay algo que achacarle a la novela, es sentimentalismo de dejar siempre libre a Peter Pan, aunque se comprometa a reunirse con Wendy todos loa años. Obviamente, G.K Chesterton sigue manteniendo el secreto y se nos despide con una de sus largas cambiadas: «Como la mayoría de los compromisos prácticos, es la menos práctica de todas las vías de acción.» Y en este caso, el secreto es objeto de paradoja al incluirlo en lo indefinible: «Sólo podemos definir algo cuando no sabemos nada de eso.»