«Si no ponemos un final a las guerras, las guerras nos pondrán un final a nosotros».
H.G. Wells (1866-1946)
Zenit de 17.09.13
«Si no ponemos un final a las guerras, las guerras nos pondrán un final a nosotros».
H.G. Wells (1866-1946)
Zenit de 17.09.13
Me he tomado la libertad de insertar la frase del amigo HG.. Espero que a GK no le importe y consienta la cita. Estoy seguro que también la compartiría.
Estamos hablando de diálogo últimamente en el blog. HG Wells fue un gran amigo y ‘disputador’ de GK, que veía en él un paradigma de la modernidad, con su fascinación por los últimos avances de la ciencia, dejando al margen otras cosas… Como ya se ha dicho, El hombre eterno es una respuesta a un libro de Wells, Breve historia del mundo, en el que se ve claro cómo ‘creer’ en los últimos avances de la ciencia es la cosa más arriesgada que hay, puesto que en seguida se quedan viejos. Sin embargo, la mayoría de la gente piensa así.
Tengo la impresión de que esa fe en los últimos avances de la ciencia se debe en gran medida a una concepción equivocada de lo que es, como diría Chalmers, esa cosa llamada ciencia. Martin Gardner, conocido sobre todo como divulgador matemático y responsable de una interesante edición anotada de «El hombre que era Jueves» (aunque no tan redonda, me temo, como sus maravillosas ediciones de «Alicia» y «La caza del Snark» de Carroll), publicó hace bastantes años un librito muy interesante sobre la ciencia como objeto de fe y argumento de autoridad, lleno de ejemplos entre lo hilarante y lo terrorífico: «La ciencia: lo bueno, lo malo y lo falso». Ahora que lo pienso, hay otro libro de Gardner que podría ser interesante comentar en un futuro: «Los porqués de un escriba filósofo», una suerte de compendio filosófico personal que incluye capítulos como «Los dioses: por qué no soy politeísta», «El todo: por qué no soy panteísta», «Las demostraciones: por qué no se puede demostrar la existencia de Dios», «La fe: por qué no soy ateo», «La plegaria: por qué no me parece absurda», etc. Temas todos ellos, me parece, bastante próximos a los que aquí se tratan, abordados con un enfoque juguetón e inteligente, polémico en un sentido chestertoniano.
Valiente estupidez. Los hombres no somos dueños de la guerra, porque no somos dueños de nuestro pecado. Acabar con la guerra es como acabar con nuestro pecado. Pero la salvación sólo se tiene en la Vida Eterna.
Vaya……………. cuanto da de si una frasesita.
La diferencia entre un progre y un cristiano es ésta: el progre quiere abolir la guerra, y el cristiano quiere que Dios le salve.
La mayoría de la gente piensa que sólo la religión es cuestión de fe, sin advertir que han puesto su confianza -su fe- en el progreso o en la ciencia, o incluso en el hombre. Lo más lamentable no es eso, sino que descartan lo viejo por el mero hecho de serlo, añadiendo una nueva fe mucho más ridícula: en lo nuevo… por el mero hecho de serlo. GK ayuda a ver estas cosas.