Otra especie de sección del blog será la de ir contando detalles de la vida de Chesterton poco a poco, que permitan una mayor familiaridad con su persona y su vida. Comenzamos por los inicios de la carrera periodística del GK, en los primeros años del siglo XX.
Tras su paso por la Slade School, una especie de academia de pintura, un entorno social en el que GK pudo conocer de primera mano toda la decadencia del mundo moderno, Chesterton comenzó a escribir reseñas de libros para diversos medios, hasta que, tras sus críticas a la imperialista guerra de los boers, saltó a la fama, y fue llamado para trabajar en diversos medios de relieve: comenzaba así su etapa en Fleet Street, y ya se codeaba con los mejores periodistas y escritores de su tiempo. El ambiente de esa calle, en la que estaban situados los periódicos de Londres era muy agitado. GK hace reseñas, escribe crónicas, pronuncia conferencias, se reúne con sus colegas en los pubs, para comer y beber cerveza, criticar la sociedad y reír y disfrutar en noble camaradería. Tiene 30 años y ha publicado ya Herejes y El hombre que fue Jueves. Como dice L.I. Seco en su biografía, se había convertido en el rey de la bohemia periodística. Es una época de un periodismo vivo y arriesgado: se escribe y se discute con pasión y aventura, y hay libertad para expresar las propias ideas, a pesar de que las de GK iban cada vez más contra corriente, mientras se gestaba Ortodoxia: pero oírselas contar a GK era todo un espectáculo para sus compañeros.
Seco dice que GK no comprendió nunca por qué había caído con tan buena estrella en Fleet Street: «todos le habían advertido que el secreto consistía en escribir para cada periódico lo más adecuado a su línea de opinión y él había hecho exactamente lo contrario, descubriendo los cafés franceses y las catedrales católicas a los lectores del nada conformista Daily News y defendiendo ante la parroquia laborista del viejo Clarion la teología medieval».
Desde entonces, Chesterton siempre cayó bien y fue querido por todo el mundo.
Verdaderamente, y ahora que acaban de iniciar las investigaciones preliminares sobre la apertura de la Causa para su canonización, nos resulta algo chocante imaginarnos a un candidato a santo, tertuliando en un bullicioso pub,británico bebiendo cerveza comiendo fish and chips y discutiendo de los mas variados temas.
A mí no me resulta chocante que Chesterton pueda ser santo. Lo que pasa es que durante siglos se ha ido creando una imagen de que el cristiano se parece más a un monje que a una persona corriente, y que si ésta quiere ser buena, lo que ha de hacer es ser cura o monja. El mundo es para todos, es bueno, y corresponde a los cristianos que estamos en el mundo santificarlo, y parte de eso es darle gloria a Dios disfrutando con las cosas buenas que nos dan. Y GK, en eso -como en tantas otras cosas- era un maestro-
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