Puesto que el contexto intelectual de un autor ayuda a entender su obra, vamos a utilizar unos fragmentos de André Maurois –escritor, militar y académico francés de prestigio internacional (1885-1967)- que componen el marco intelectual de la Inglaterra del cambio del siglo XIX al XX. Están tomados del prólogo de la edición del William Blake de GK publicada por Espuela de plata en 2007, aunque el texto original -que no he podido localizar- es de 1935. Aquí se puede leer el texto completo, que está colocado su correspondiente lugar en el Chestertonblog, en la página Algunos estudios en español. He aquí la propuesta de Maurois:
Kipling, Wells y Shaw son, cada uno a su modo, unos aristócratas. Kipling piensa que sólo ciertas virtudes confieren el derecho de mandar; Wells cree en los privilegios de la inteligencia; Shaw aguarda el reinado del superhombre, que será un híbrido mezcla de Shaw, César y Matusalén. Chesterton, por el contrario, es un demócrata; exalta al hombre vulgar, al que cultiva su huerto y bebe cerveza en la taberna, y yo no creo que ame con exceso a los técnicos y tecnicistas de Wells, ciertamente. Shaw y Wells, ante el fracaso del siglo XIX, ven la salvación de la Humanidad en el futuro; Chesterton no detesta menos que ellos la sociedad que ha engendrado el maquinismo; pero ve, en cambio, la salvación de la humanidad en la vuelta al pasado. Kipling invoca al Dios de los ejércitos; Wells al de las retortas y las estadísticas; Shaw al de la vida; Chesterton adora al Dios cristiano, tal como se le encuentra en los Evangelios. Wells y Shaw creen en el progreso; el mismo Kipling describe con una cierta admiración el Consejo de técnicos que gobernará un día el planeta; Chesterton es reaccionario; es brillante, violenta y jubilosamente reaccionario, y alaba con una apasionada admiración las libertades de la Edad Media. Wells describe mundos fantásticos y logra, a fuerza de talento, que nos parezcan reales; Chesterton describe el mundo real y logra, a fuerza de talento, que nos parezca fantástico. En la historia de las ideas de Inglaterra, al comienzo del siglo XX, Wells y Shaw son los modernos; Kipling es el eterno; Chesterton el antimoderno, y su papel es, ciertamente, muy útil (pp.9-10).
Y para concluir, Maurois parafrasea a GK, ampliando todavía más el marco de interpretación del mundo moderno: El vicio de la concepción moderna del progreso intelectual consiste en que se pretende a toda costa, desde el siglo XVIII, traspasar los límites, romper las trabas, demoler las barreras y arrinconar los dogmas. Mas el hombre no puede vivir sin dogmas, el hombre es un animal que crea dogmas. El materialismo es el dogma de aquellos que creen haber escapado a los dogmas. Si en verdad puede existir un progreso intelectual, este progreso consistiría en la elaboración de una filosofía dogmática de la vida. […] Cada hombre, cada inglés vulgar, siente la necesidad de poseer un sistema metafísico y permanecer fiel a él. No escuchemos, pues, a los estilistas; el tiempo de Wilde ha pasado, el tiempo de los teólogos le ha sucedido. Ahondemos y busquemos hasta que hayamos descubierto nuestras propias opiniones (pp.36-37).
Veo una contradicción en los últimos párrafos del texto: Entiendo que por dogmas se refiere a sistemas firmes de creencias, por contraposición al relativismo de la postmodernidad que es un firme sistema de creencias blandas y cambiantes. Pero las palabras finales -¿son de Chesterton o de Maurois?- plantean que cada inglés tenga sus propias opiniones: ¿no es contradictorio?
Maurois está parafraseando a Chesterton, es decir, recoge sus ideas con las palabras de Maurois. Pero yo no veo contradicción, porque lo que quiere decir Chesterton es que hay que pensar las propias ideas, por contra a las modas… que también llevan sus propios ‘dogmas’, como ha afirmado antes. Es decir: hay que aclararse con lo que uno piensa, y si tanto si uno piensa como ‘se ha pensado siempre’, por decirlo de alguna manera -con sensatez- o de cualquier otra manera,, lo que hay que hacer es comprender son las razones profundas, no limitarse a apuntarse a la moda: Chesterton te ayuda a pensar y a aclararte con tus convicciones más profundas. Bueno, al menos a mí me ocurre.