Destripando ‘Ciencia y religión’ de Chesterton

Como siempre, comentamos los textos de GK que publicamos -ayer fue Ciencia y religión– para sacarle algo más del jugo posible. No hace falta decir Chesterton es un gran partidario de la ciencia, pero no podía sufrir la mala ciencia, porque implica un mal razonamiento, una mala lógica, de la que el libro que critica parece estar plagado.

Para empezar, no sé si a alguien más le habrá llamado la atención eso de que la ciencia es como una simple suma: o es infalible o es falsa. Por supuesto, no está hablando de matemáticas, las únicas ciencias exactas. Lo que yo entiendo –y puedo muy bien estar equivocado- es que la ciencia no es un conocimiento teórico, sin más, sino que acaba siendo práctico, al aplicarlo. De hecho, buena parte del debate teórico de la postmodernidad está basado en la posibilidad o no de justificar la ciencia: hemos oído hablar del teorema de incompletitud de Gödel y de los sistemas autorreferenciales y otros territorios pantanosos para mí, de los que sólo sé decir que al final el conocimiento científico está siempre entre paréntesis, es decir, aceptado mientras no se demuestre que es falso. Lo asombroso de esto es que el propio Chesterton se plantea estas cuestiones en el capítulo 3º o 4º de Ortodoxia, cuestiones que tienen que ver con el falsacionismo de Popper y… bueno, ya me voy otra vez. Al final, la ciencia aceptada es la que funciona en forma de técnica, y punto. Ojalá alguien pueda arrojar más luz y más claridad sobre este asunto. Aquí me paro.

Otro punto a destacar se refiere a la religión de la que cada uno habla: quizá alguna religión bestial y oscura en la que fueron criados y de la que yo ni siquiera he escuchado, o deben estar hablando de alguna radiante y cegadora visión de Dios que han encontrado, de la que no he oído. Porque resulta que la experiencia de cada uno con la religión es tan variada, y lo que entendemos por ella tan diverso, que alguna vez he estado de acuerdo con la postura de personas antirreligiosas cuando me han explicado cómo entienden o cómo han vivido ellos la religión. Hoy se lleva criticar al cristianismo –que no al Islam- sin tener la más mínima idea del mismo, ni de los gigantes que lo han construido, como si fueran inventos novelísticos. El problema se hace más agudo por tanto, porque la gente cree que sabe de lo que habla.

Los autores del libro que GK critica parecen estar obsesionados con la culpa: existe una visión antropológica que insiste en que el cristianismo gira en torno a la culpa. Otras teorías –de Rousseau a Freud, pasando por Nietzsche- serían más ‘amigables’ con el ser humano. Son los que viven del dogma de ‘una elevación incesante en la escala del ser’ para el hombre. Pero no hace falta recordar los desastres del siglo XX para demostrar la existencia del mal en el corazón humano: todos tenemos la experiencia de la maldad en nuestro interior… o somos medio idiotas.

Antifragil portada

Otro tema interesante del texto –que será recurrente en el desarrollo de la primera parte de El hombre eterno, es el de la ‘ausencia de pruebas como prueba de ausencia’: Porque la ciencia no ha encontrado algo que obviamente no podía encontrar, entonces algo completamente diferente –el sentido psicológico del mal- es falso. Uno de mis escritores favoritos, Nassim Nicholas Taleb –famoso por El cisne negro-, insiste en esto en su último libro, Antifrágil. No he encontrado referencias a Chesterton en Taleb, pero estoy seguro de que se llevarían bien, porque ambos son muy críticos e irónicos con la casta intelectual dominante y el conocimiento que generan, en lugar de la sabiduría popular.

Más cosas, para otro día.

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6 Respuestas a “Destripando ‘Ciencia y religión’ de Chesterton

  1. Es, supongo, el viejo problema de la carga de la prueba en los argumentos ad ignorantiam: ni la ausencia de pruebas es prueba de ausencia, ni la ausencia de pruebas en contra es una prueba a favor (porque no podemos demostrar, por ejemplo, que la famosa tetera de Bertrand Russell no existe).

  2. Me gusta eso de la prueba de los argumentos ‘ad ignorantiam’. Supongo que se refiere a los argumentos de cosas que no sabemos, o no podemos demostrar físicamente. Me hace pensar en lo que me queda por saber. Sé que Chesterton había leído a Santo Tomás, que era ‘discípulo’ de Aristóteles, pero no sé lo familiarizado que pudo estar con la lógica aristotélica. Sin embargo, me da la impresión que la seguía bastante, a diferencia de la lógica moderna. Tampoco soy muy ducho en esto, y no quiero acabar con aquello de ‘loco es el que lo ha perdido todo menos la razón’. Vaya, ya me ha salido. Pero sí es cierto que existe un racionalismo que nos aleja del realismo que Chesterton practicó siempre.

  3. Una lectura muy estimulante en ese sentido, y encima escrita por dos sociólogos, Berger y Zijderveld: «In Praise of Doubt» (Elogio de la duda, o cómo tener convicciones sin convertirse en un fanático) http://www.harpercollins.com/browseinside/index.aspx?isbn13=9780061778162

  4. El libro es interesantísimo, el enlace te permite leer las primeras páginas: en el fondo, es el gran problema de hoy, y lo plantean bien porque lo hacen entre fundamentalismo y relativismo. Isaiah Berlin defendía el pluralismo, que no es lo mismo: tenemos que caber todos y al mismo tiempo, buscar la verdad, aunque sabemos ésta no la agota nadie…. al menos humano.
    Es una pena que el libro no esté en la biblioteca de la ugr…

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