Tomás Baviera es un ingeniero valenciano seducido por la inteligencia de Chesterton. Nos ha enviado varios trabajos sobre GK, que verán la luz en la correspondiente sección de artículos. Pero el escrito que elaboró con ocasión del centenario del libro –publicado en la revista Nuestro Tiempo en 2008 (n.647, pp.46-57)- es de tal calidad que vamos a abrir la página de Ortodoxia nada más que para alojarlo y hacerlo asequible a todos.
Nuestra intención es comenzar en verano a ofrecer nuestra propia versión -anotada y bilingüe- del libro, tal como estamos haciendo con Esbozo de sensatez y El hombre eterno, capítulo a capítulo. Probablemente, más de un lector del blog haya echado de menos la página de Ortodoxia. De esta manera, establecemos un compromiso con los seguidores del blog y realizamos un avance de la misma. Mientras tanto, los que no tengan paciencia, pueden acudir a la reciente edición en la editorial Acantilado (2013), a cargo de Miguel Temprano, gran traductor de GK.
Como es sabido, Ortodoxia no es un resumen de la fe cristiana, sino el itinerario que siguió Chesterton para acercarse a ella: habla de los lunáticos y los cuentos de hadas, de las ranas y los gigantes, de los optimistas y pesimistas, de complejas cerraduras y llaves capaces de abrirlas, de los que ‘creen en ellos mismos’ y los que prefieren que el mundo llegue a ellos desde fuera y los ponga en su lugar… eso sí, un lugar maravilloso, como es todo el universo de Chesterton –y el nuestro, cuando nos dejamos querer por la realidad.
El artículo recoge con detalle la trayectoria de Chesterton y da las claves para la comprensión del libro. Nuestra tarea ahora se limita a presentarlo, ofreciendo los dos primeros párrafos del texto de Baviera:
«»Un joven que quiera seguir siendo un perfecto ateo no puede ser demasiado exigente con su lectura. Hay trampas por todas partes». Así recuerda C.S. Lewis su encuentro con los libros de Chesterton durante una convalecencia en la Primera Guerra Mundial. En aquel momento, Lewis era un ateo cabal en edad universitaria. Sin embargo, su lectura inició la aproximación hacia la fe de alguien que llegaría a ser uno de los grandes apologistas del cristianismo en el siglo XX.
¿Qué encontró Lewis en esos libros? Chesterton tenía la habilidad de ayudar a ver las cosas de un modo nuevo. Y eso lo supo hacer admirablemente con la fe cristiana. Para ello, tuvo que abrir nuevos caminos intelectuales que le condujeron a una visión más profunda y más alegre de la realidad. Joseph Pearce señala la novedad de sus libros: «El cristianismo de Chesterton era contagioso y, gracias a sus penetrantes paradojas y a su quijotesco entusiasmo, muchos comenzaron a descubrir el atractivo de la ortodoxia».»
Sin embargo, es prácticamente obligatorio ofrecer algunas palabras de Chesterton, y como dice Lewis, lo vamos a hacer con una de esas ‘trampas’, que se recogen en el libro (y el artículo): «Fueron los ataques intelectuales a la fe los que le facilitaron la pista adecuada: quienes me volvieron a la teología ortodoxa fueron Huxley, Herbert Spencer y Bradlaugh, que suscitaron en mí las primeras dudas sobre la duda«. Genial Chesterton.
El texto es excelente. Lo recomiendo vivamente.
Excelente post, debo leer «Ortodoxia». Un abrazo, Aquileana 🙂
Queremos sacarlo en verano, en versión bilingüe, con anotaciones.
Gracias por tu apoyo.
Genial Chesterton, sin discusión. Aunque yo prefiero -por decirlo de alguna manera- «una apologética más racional» (con perdón). Espero que se me entienda. Podría explicarme más extensamente…: no me entusiasma Pascal… El secreto está en el Logos…
Me alegra una voz ‘discrepante’ en el blog -en el mejor sentido de la palabra-, a la vista de tus dos comentarios, que te agradezco y respondo a cada uno en su lugar.
Es cierto que la forma de pensar de Chesterton es bastante desconcertante inicialmente y puede parecer poco racional, pero no lo es en absoluto. Si lees alguno de los ensayos de GK publicados en el blog y sus comentarios -te propongo uno de mis favoritos, la introducción a ‘El Acusado’ -https://chestertonblogdotcom.wordpress.com/2014/02/23/chesterton-la-increible-tendencia-de-los-hombres-a-rebajar-su-felicidad/- te darás cuenta de que hay un sorprendente equilibrio entre lo emocional y lo racional. Chesterton es muy racional, pero lo expresa de manera poco convencional, con argumentos no filosóficos, sino que son resultado de su propio desarrollo y proceden de la vida, no de la academia, como por ejemplo, la necesidad de aceptar los condicionantes. Chesterton dialoga con su vida y con el entorno moderno, no con los profesores. Y le interesa el hombre común, aunque a veces sea un tanto subido…
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