Ningún niño nace de una encina. Homero
La lectura de la obra de Chesterton, nos ha llevado a un artículo titulado «Autoridad inevitable», recogido en un volumen al que el autor tituló «Lo que está mal en el mundo». La familia, el matrimonio y la educación son asuntos que Chesterton con su agudeza y perspicacia analiza, adelantándose, una vez más a su tiempo.
Para nuestro autor, el niño tiene su hábitat natural en la familia bajo el amor y la autoridad de los padres. Y si el empeño de los padres es criar a los hijos, enseñarlos y hacerlos partícipes – como familias – en la sociedad, se imponen necesariamente unas normas para la consecución de los fines mencionados. Esas normas nunca pueden ser antojos o imposiciones irracionales de los padres, profesores o tutores.
Criar, educar y socializar a los hijos, sea por los padres o por los tutores y profesores, requiere una autoridad que ayude al niño a creer Y crecer, para que alcance una cosmovisión lo más amplia posible. Lo que implica para los padres, los profesores y tutores, huir de la ideologización al uso, es decir, «New age». Esta huida daría como resultado lo que nos dice Chesterton, respecto a educar: »
Me refiero a la responsabilidad de afirmar la verdad de nuestra tradición humana y transmitirla con voz autoritaria y firme. Esa es la eterna educación, estar seguro de que algo es lo bastante seguro como para decírselo a un niño. Los modernos huyen en todas las direcciones de este deber tan audaz, y su única excusa es, por supuesto, que sus modernas filosofías están tan a medio cocer y son tan hipotéticas que no pueden convencerse a sí mismos lo bastante como para convencer a un bebé recién nacido.»
Y no sólo es esta huida de la ideologización la que se hace necesaria, sino también huir de y combatir los ataques a los padres y maestros, en cuanto que se les desposee de la capacidad de prohibir a sus hijos y alumnos las transgresiones de las normas naturales, y se les imponen baterías numerosísimas de prohibiciones fútiles y nimias. Así nos dice Chesterton:
«En la práctica moderna, los educadores libres prohíben muchas más cosas que los educadores a la vieja usanza.»
De esta guisa, llegamos a la imposición de unas ideologías perversas, antinaturales y, por ende, inhumanas: violencia de género, leyes del aborto y la eutanasia y de experimentos para invertir la personalidad y el sexo de los individuos, etc.
Conseguidas las etapas de la malignización del individuo y la familia, se culmina el principio de la última batalla, que debemos pelear con uñas y dientes. Es la batalla final, en la que convencidos o forzados los menores por esta caterva de aberraciones, ya dejará de ser necesaria la autoridad de los padres y maestros; estos, desprovistos de su autoridad son prescindibles; y, con ello, la familia y la escuelas destrozadas, decae y fenece el continuum educativo de cualquier persona.
Queda, pues, hacer lo imposible, para restablecer la cadena natural de la educación, encomendada a padres, profesores y tutores. Consiguiente, los responsables de la educación debemos informamos, formarnos y orar.
Reyes Ruiz
Desde luego, plasma con asombrosa claridad lo que ocurre en la actualidad, por desgracia a muchas personas nos pilló despistadas, (yo lo estaba( y no he visto la gravedad de la situación hasta hace poco. Los que salvaron al mundo del nazismo copiaron todo lo referente a manipulación genética y experimentos varios. Han avanzado mucho, espero que los podamos detener.
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