Gertrud von Le Fort (1876-1971) es una gran escritora alemana, oriunda de Francia -como indica su nombre-, perteneciente a una familia hugonote que tuvo que salir del país tras la revocación del Edicto de Nantes. En 1926 se convirtió al catolicismo. Además de novelista, es poeta y ensayista, como corresponde a una excelente formación universitaria. La calidad de sus obras la llegó hacer candidata al Premio Nobel. Acabo de releer la breve pero extraordinaria La última del cadalso (1931), inspiradora de la conocida Diálogos de carmelitas, de Bernanos.
La historia de las monjas de un convento parisino durante los años de la Revolución francesa y su trágico destino le proporciona la ocasión de retratar unos personajes femeninos espléndidos, de esos que expresan los diversos modos de la acción de la gracia en los seres humanos, y que hacen merecedora a una escritora de la etiqueta de católica -cualquier cosa que signifique eso. Además, personalmente, me ha fascinado la forma de hacer reflexiones sobre los tiempos convulsos y los comportamientos humanos consiguientes, que la misma autora estaba a punto de vivir poco después bajo el nazismo. No en vano era discípula de Ernst Troeltsch, un importante filósofo y historiador de la religión alemán, muy conocido en sociología.
Pues bien, aquí entra Chesterton: una de sus frases más citadas es que ‘el mundo moderno está hecho de las ideas cristianas que se han vuelto locas’. Esta frase procede de Ortodoxia (Párrafo 03-02), y la formulación original dice:
Pudiéramos decir que el mundo moderno está poblado por las viejas virtudes cristianas que se han vuelto locas. Y se han vuelto locas, de sentirse aisladas y de verse vagando a solas.
Parece lógico y comprensible que Gertrud von Le Fort, conversa católica, hubiera leído los libros de GK, de gran influencia en el mundo occidental por esos años. La pregunta es ¿puede ser ella la causante de la alteración que sufrieron las palabras de Chesterton al difundirse? Naturalmente, la respuesta no es importante, pero vale la pena leer el fragmento en el que aparece la relación, no sólo por advertir la influencia, sino porque constituye uno de los más hermosos y sintéticos retratos de la modernidad:
«Querida, usted y yo hemos saludado esta nueva aurora de la humanidad y ¡cuán cruel ha sido nuestra decepción! Porque lo terrible, no es que los instintos desordenados conduzcan a situaciones caóticas cuando las ideas descarriadas desencadenan las pasiones y el crimen; lo trágico y verdaderamente terrible de la humanidad es que los ideales más nobles (¿eran otra cosa la libertad y la fraternidad?) puedan convertirse en un momento dado exactamente en sus contrarios. Esto no significa, naturalmente, que todos nuestros ideales fuesen falsos, pero significa, sin embargo, que esos ideales eran insuficientes» (pp.69-70).
La última del cadalso es una novela apasionante. Y muy corta. Con un estilo muy claro de mujer (escritora). Pura pasión, nervio, poesía y sufrimiento. Una novela que te hace sentir la fe aunque no la tengas. La recomiendo a todos y todas.
Es verdad que es una novela apasionante y emocionante: todo lo trágico lo es. Pero no es dolorosa, sino muy ilusionante: es disfrutar viendo el comportamiento humano ante las dificultades, y cómo acaban por comportarse de modo heroico.
Pero discrepo del ‘estilo femenino’. A mí me recordaba más el estilo narrativo de Edgar Alan Poe, que narra y reflexiona a la vez sobre el comportamiento de los personajes y las circunstancias.
También me gustaría insistir en las últimas palabras de la cita de Le Fort, relativas a los ideales insuficientes de la modernidad: libertad, fraternidad, progreso, ciencia, racionalidad, autenticidad… son palabras maravillosas que expresan ideales extraordinarios.
Pero la forma de llevarlos a cabo en la modernidad lo deja faltos de verdadera humanidad, como nos muestra Chesterton en sus escritos. No sólo hace falta un pegamento para las esferas fragmentadas del mundo moderno -economía, política, cultura, religión, familia, etc-, sino un cambio de actitud en las personas, la ‘sanity’ que propone GK, la sensatez.
No se si vale la pena este comentario. Pero os aconsejo que leáis El Diálogo de Carmelitas de Bernanos, bien en su versión narrativa o en la teatral. Para mí es de las más bellas traslaciones de un suceso real, acaecido en la época del Terror. Nunca podré olvidar, igualmente, la hermosa versión cinemátografica, en blanco y negro, prestando la nitidez y sentido trágico, como salido de una escena casi neorrealista del final de la cinta, en que las religiosas se encaminan leve, lenta,con la seguridad de la gracia, al cadalso al ritmo del Veni Creator…
Hermosa la película, sublimes las escenas del final antes de subir al patíbulo las hermanas y muy buena interpretación del reparto de actrices.
Digna de ser vista.